El uso de teléfonos móviles en las escuelas es un tema cada vez más presente en los debates educativos y políticos. En poco más de un año, el número de países que han implementado restricciones a estos dispositivos ha pasado de 60 a 79, según datos de la Unesco, publicados con motivo del Día Internacional de la Educación. La tendencia apunta a un endurecimiento de las normas en varios países, con el objetivo de mejorar el aprendizaje y reducir riesgos asociados al uso de la tecnología en edades tempranas.
El móvil en el aula: solo como apoyo al aprendizaje
El informe GEM (Global Education Monitoring Report) de la Unesco insiste en que la tecnología debe estar presente en las aulas únicamente cuando tenga un propósito claro de apoyo al aprendizaje. La prohibición de los móviles en las escuelas ha demostrado mejorar el rendimiento académico, especialmente en los alumnos con mayores dificultades, así como reducir los casos de acoso escolar y los efectos negativos de las redes sociales en la autoestima, sobre todo en las niñas.
En Europa, la tendencia hacia la restricción es clara. Francia estudia ampliar la llamada “pausa digital” en más cursos y en China, algunas ciudades han impuesto normas más estrictas, como la necesidad de un consentimiento parental por escrito para el uso del móvil con fines educativos. Sin embargo, no todos los países han seguido el mismo camino. Arabia Saudí, por ejemplo, ha flexibilizado sus restricciones ante la demanda de grupos de defensa de personas con discapacidad, que reclamaban el uso de dispositivos para fines médicos.
En España, la regulación depende de cada comunidad autónoma, y hasta el momento, solo tres (País Vasco, La Rioja y Navarra) han implementado prohibiciones. Mientras tanto, los menores españoles siguen liderando el uso de redes sociales a nivel global, con un incremento del 13 % en el último año, según datos de la herramienta de control parental Qustodio.
El dilema de las familias: cuándo darles el primer móvil
El acceso temprano a los teléfonos móviles es una preocupación creciente entre las familias. En España, la mayoría de los niños tiene su primer móvil a los 12 años, coincidiendo con el inicio de la educación secundaria, aunque un porcentaje cada vez mayor lo obtiene con 10 años. A pesar de esta realidad, solo el 22 % de los padres considera esa edad adecuada y casi la mitad admite haberse arrepentido de haber dado el dispositivo a sus hijos tan pronto.
El informe de Qustodio revela que los menores españoles son los que más tiempo pasan en redes sociales, con TikTok a la cabeza y un aumento del 23 % en el uso de Instagram, alcanzando los 87 minutos diarios. A esto se suma un crecimiento en el uso de videojuegos y plataformas de inteligencia artificial, con OpenAI como la séptima web más visitada por niños y adolescentes en España.
Ante esta situación, la psicóloga Gloria R. Ben recomienda que los padres establezcan normas claras de uso y fomenten el diálogo con sus hijos para que se sientan cómodos compartiendo cualquier experiencia negativa en internet. También sugiere crear “contratos” familiares que definan las reglas de uso de los dispositivos de manera clara y consensuada.
Nuevas medidas para proteger a los menores en el entorno digital
El Gobierno español ha recibido recientemente un informe de un comité de 50 expertos con 107 propuestas para regular el acceso de los menores a las tecnologías digitales. Entre las medidas planteadas destacan:
- Restringir la exposición de los menores a dispositivos digitales. Se recomienda no exponerlos antes de los seis años y retrasar el acceso a móviles con conexión a internet hasta los 16.
- Limitar el uso de dispositivos en los centros educativos. Se aboga por prohibirlos en infantil y primaria y restringir su uso en secundaria solo a fines pedagógicos.
- Regular la industria tecnológica. Se plantea la obligatoriedad de incluir herramientas de control parental en los dispositivos y advertencias sobre los riesgos de su uso en el empaquetado.
- Protección frente a contenidos perjudiciales. Se proponen regulaciones para los creadores de contenido, incluyendo la prohibición de exponer a menores en los vídeos de ‘influencers’.
La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha calificado el informe como “un punto de partida” y ha asegurado que 35 de las medidas propuestas ya están contempladas en el anteproyecto de ley para la protección de menores en entornos digitales.
Hacia un equilibrio entre tecnología y educación
El desafío para las administraciones, las escuelas y las familias es encontrar un punto de equilibrio entre la integración de la tecnología en la educación y la protección de los menores frente a sus riesgos. La tendencia global apunta a un mayor control y regulación, pero la clave estará en combinar las restricciones con una educación digital que prepare a los estudiantes para un uso responsable de la tecnología.