Desde que se reconstruyera y remodelara en septiembre de 2015, el colegio Ramón y Cajal de Madrid se ha centrado en trasladar su metodología innovadora a su moderna arquitectura, intentando conseguir que los nuevos espacios de trabajo (aulas temáticas, diáfanas, flexibles y multidisciplinares) fomenten la creatividad, la curiosidad, y el pensamiento crítico y sean también una guía hacia el futuro de la educación y la sociedad.
El concepto ha sido posible con la colaboración de Steelcase, una empresa especializada en el desarrollo de entornos profesionales para empresas y centros educativos. La idea central de esta colaboración, en palabras de Mariano Sanz, director del centro, es “que los alumnos sean buenas personas y que además, estén maravillosamente bien formados“.