Un proyecto de investigación escolar, evaluado por la NASA, lleva a un grupo de alumnos de 10 años a ganar el Certamen Plant the Moon Challenge. Los alumnos de quinto curso del colegio de Pozuelo de Alarcón estaban coordinados por su profesor, Javier Falcón, que nos ha contado la experiencia.
¿En qué consiste el concurso y cómo lo habéis conocido para presentaros?
El programa Artemis de la NASA tiene previsto realizar un viaje a la luna y estudiar su superficie, con el objetivo de recopilar información para, eventualmente, realizar un viaje a Marte.
El Plant Mars Challenge nace de la necesidad de alimentar a las tripulaciones durante este viaje. Este reto es iniciativa del Institute of Competition Sciences y de la Universidad Central de Florida y ha sido evaluado por científicos de la NASA.
Retamar se enteró de esta competencia online y lo vio como una oportunidad para presentarles a nuestros estudiantes interesados en STEM, un gran desafío que podría mejorar sus habilidades académicas, cooperativas y del idioma inglés.
Unas semanas después de registrarnos, recibimos el regolito (una simulación del suelo marciano) de parte de Exolith Loboratory de la Universidad Central de Florida. A lo largo de un período de cultivo de 10 semanas, un grupo de 18 estudiantes trabajó en aprovecharlo para experimentar cultivando plantas para futuras misiones en Marte.
¿Qué proyecto habéis presentado?
Desarrollamos un experimento con un doble enfoque. El primero, fue crear un ambiente donde las plantas pudieran sentir los efectos de la gravedad cero. Para ello, creamos 4 estaciones diferentes y colocamos las semillas en macetas con diferentes grados de inclinación: 0º, 15º, 30º y 45º, y los alumnos se encargaron de rotar las plantas sobre su propio eje cada 2 horas, durante 10 semanas, incluidos los fines de semana. El objetivo de esta parte del experimento era hacer que las células de las raíces que se encargan de localizar la gravedad perdieran la noción de la fuerza al recibirla desde diferentes ángulos.
El segundo enfoque fue mezclar el regolito con un suplemento natural de nutrientes y aireación. Elegimos la fibra de coco porque los alumnos de 5º de primaria de Retamar la usan para cultivar plantas hidropónicas en clase y funciona de maravilla. En cada estación inclinada sembramos 2 macetas, una con 75% regolito y 25% fibra de coco y otra con 50% regolito y 50% fibra de coco. Nuestro objetivo era ver los efectos de la fibra de coco y la inclinación, simultáneamente.
¿Qué conclusión habéis extraído del desarrollo?
Los estudiantes encontraron que la estación con resultados más favorecedores fue la inclinada a 30º y con 75% de regolito y 25% de fibra de coco. Cuando los científicos de la NASA los evaluaron, coincidieron en que la fibra jugó un papel esencial en la aireación de las raíces de las plantas y comentaron que el hardware que creamos con madera, macetas inclinadas y luces de cultivo fue asombroso.
¿Cómo lo han vivido los alumnos?
Los estudiantes disfrutaron muchísimo de este proyecto. Cuando recibimos el simulador de suelo de Marte por correo, quedaron asombrados de cómo pudimos reproducir suelo de otro planeta en la Tierra. A partir de ahí, fue un placer ver a los alumnos trabajar juntos en inglés como lengua vehicular para hacer preguntas, resolver problemas y, en definitiva, divertirse mientras aprendían mucho sobre la ciencia que tenemos que desarrollar para llegar a Marte.
A pesar de que las características técnicas pueden ser bastante avanzadas para los estudiantes de primaria, fue una lección de humildad ver lo curiosos y creativos que pueden ser, a menudo llegando por mérito propio a solucionar los obstáculos a los que se enfrentaron.
¿Cómo eran los momentos de contacto con los expertos de la NASA?
Debido a la diferencia horaria entre USA y España, las reuniones eran entre las 12 y las 2 am aquí en España. En cada una de las reuniones, tuvimos oradores invitados especiales, incluidos ex astronautas e ingenieros de varias misiones espaciales. Los maestros también pudieron hacer preguntas, compartir ideas y resolver problemas juntos, aprendiendo unos de otros para mejorar nuestras propias tareas y vencer obstáculos durante el período de crecimiento.
Reacciones cuando os nombran ganadores.
Era la 1:30 de la mañana y vi la ceremonia online; solo la ceremonia fue un placer en sí misma, ya que la oradora invitada fue la astronauta Seyeon Yi, la primera astronauta coreana.
Poco después de su intervención, la animadora presentó primero nuestra categoría y nombró al ganador enseguida. Cuando vi el logo de Retamar, no lo podía creer; literal, salí corriendo a despertar a mi mujer (¡1:30am!) de la emoción.
Al día siguiente, escribí a los profesores de 5º de primaria y les informamos a los alumnos que habían ganado el premio al Mejor Diseño Experimental, el primero de solo 4 premios para 249 escuelas participantes de 10 países y 22 estados de EE. UU.
Fue extraordinario recibir el premio, realmente no lo esperábamos. Cuando todo esto empezó, lo hicimos desde la ilusión y la curiosidad, sin pensar que, en realidad, ganar también era una posibilidad.
Honestamente, este grupo de alumnos tiene bien merecido el premio después de tanto trabajo y dedicación al proyecto; no sólo ellos, sino también por parte de familias, profesores.
Una valoración tuya personal del proyecto. ¿Cómo lo has vivido?
Para mí ha sido una gran experiencia en general y muy enriquecedora como maestro. Cuando trabajas con un grupo de estudiantes de esta edad, el objetivo a largo plazo es ayudarlos a adquirir las herramientas necesarias para tener éxito no solo en lo académico, sino en la vida en general. Esperaba darles a estos estudiantes la oportunidad de resolver problemas, aprender a lidiar con las dificultades, desafiarlos y, por supuesto, mejorar su competencia en inglés.
Que esta aventura terminase con un premio, fue solo la guinda del pastel de 10 semanas de trabajo en equipo, de las que me llevo un tremendo orgullo por este grupo de niños.
Javier Falcon es coordinador de Natural Science en primaria en el colegio Retamar y profesor de Inglés y Social Science.