En un acto solemne la Academia Internacional de Ciencias, Tecnología, Educación y Humanidades ha otorgado su más alto galardón, la Distinción al Mérito a la Concordia y Paz, a dos de sus ilustres miembros: el Académico Pintor Antonio Camaró y el Académico Comisario Artístico Pedro Adalid. Este reconocimiento destaca su inquebrantable dedicación a la promoción de valores universales a través del arte, la educación y la reflexión filosófica.
Antonio Camaró, pintor académico de prestigio internacional, ha destacado por su capacidad para transformar el arte en un lenguaje universal que une culturas y personas, llevando mensajes de paz, humanidad y esperanza a través de cada pincelada. Su obra, caracterizada por una profunda carga simbólica y estética, no solo embellece el mundo, sino que también inspira a la reflexión y al diálogo entre las diferentes sensibilidades.
Por su parte, Pedro Adalid, académico y comisario artístico, ha dedicado su carrera a explorar las profundas intersecciones entre el arte, la educación ,la filosofía y la paz. Su labor como promotor cultural y su visión de la concordia como un objetivo alcanzable mediante la expresión artística le han valido un lugar destacado en los círculos intelectuales y académicos internacionales.
Durante la ceremonia, que tuvo lugar en la sede de la Academia en Valencia, el presidente de la institución, José Hoyo Rodrigo, subrayó el impacto global de las trayectorias de los galardonados: “Antonio Camaró y Pedro Adalid son mucho más que dos figuras destacadas en sus campos. Son faros de luz en un mundo que necesita, más que nunca, referentes de concordia, diálogo y creatividad. Este reconocimiento es un tributo a su incansable labor y un recordatorio del poder transformador del arte y las humanidades.”
La secretaria general, Berta Arribas Díaz, destacó que este galardón no solo honra el mérito individual de los premiados, sino que también reafirma el compromiso de la Academia con la promoción de valores universales que trasciendan fronteras y disciplinas.
Este galardón es otorgado anualmente por la Academia a personalidades que, a través de su labor académica, artística o científica, han contribuido de manera significativa a la construcción de un mundo más pacífico, equitativo y armonioso.