Políticas educativas estables, paz en la comunidad escolar y atención a la escuela rural, claves del éxito de Castilla y León
El éxito de las políticas docentes radica en su continuidad, «porque la educación requiere de tiempo, no de cambios rápidos; en la consecución de un buen clima escolar; y en la atención a la escuela rural». Es la fórmula que llevó al sistema educativo de Castilla y León a triunfar en el último Informe PISA, el de 2015, y a situarse en la élite, junto a Finlandia o Canadá. Así lo destaca Mariano Jabonero, candidato a la Secretaría General de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y actual director de Educación en la Fundación Santillana, que es el experto que ha coordinado el libro ‘Sistemas educativos decentes’, en el que toda la cúpula de la consejería de Educación castellanoyleonesa disecciona las líneas maestras de su proyecto. La importancia de las evaluaciones, la escuela inclusiva, la innovación pedagógica, la función docente, la convivencia escolar, la formación profesional, la financiación educativa o los estudios universitarios son varios de los temas centrales.
«Otro factor clave es atender a las áreas instrumentales del currículum, entre ellas, fundamentalmente, la lectura. Es un instrumento para disfrutar, para aprender y para seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida. Un chico y una chica que leen y comprenden bien lo que leen tienen muchas ventajas», destaca el experto. Jabonero subraya que los estudiantes de hoy «leen mucho más que los de antes», sobre todo a través de medios digitales. «Otra cosa es que hay que saber lo que leen, porque hay libros que se prescriben en la escuela que son muy densos, con los que tienen que hacer un gran esfuerzo, pero las redes sociales son un ejemplo de ello. Están leyendo muchísimo más que antes», destaca.
En su opinión, la inversión no es lo más importante a la hora de conseguir unos buenos resultados en la formación de los alumnos. «Tanto los análisis de Naciones Unidas como los de la OCDE o de la Unesco demuestran que no hay una correlación directa entre la inversión por alumno y los resultados educativos. Ejemplo de ello es Luxemburgo, que es el país del mundo que más invierte por alumno y sus resultados educativos son mediocres». Recuerda que la Comisión Económica de Naciones Unidas apunta que, en materia de educación, «no es cuestión de invertir más, sino de invertir mejor, o lo que es lo mismo, que el gasto sea eficiente y se invierta donde ofrece mejores resultados».
Jabonero tampoco considera «definitorio» el número de alumnos por aula. Según explica, la ratio de alumnos por aula que se maneja en España «se encuentra en la media de la OCDE o incluso por debajo». El coordinador del estudio destaca que el éxito del modelo educativo en Castilla y León -que es similar al de La Rioja, Navarra, Asturias y Cantabria, cuyos resultados educativos «también están por encima de la media española y entre los mejores del mundo»-, se debe a que son autonomías «que no se guían por exotismos pedagógicos».
«En los últimos años -explica- ha habido un cierto colonialismo en el caso de la educación, queriendo importar modelos nórdicos, anglosajones o asiáticos, cuando los países europeos tienen un buen desarrollo educativo». «El país de toda Europa que más y de manera más sistemática ha mejorado en este siglo ha sido Portugal, que no es una nación específicamente rica», pone como ejemplo el experto.
En el libro ‘Sistemas educativos decentes’, Jabonero defiende la importancia de someter a los sistemas educativos a evaluaciones «que permitan conocer qué es lo que saben sus alumnos y qué pueden hacer con sus conocimientos y destrezas para tener más y mejores oportunidades en la vida». Porque destaca que no todas las escuelas y sistemas «garantizan esos objetivos en igualdad de condiciones».