La lucha contra la obesidad infantil y la mejora de los hábitos alimentarios del alumnado da un paso definitivo en España. El Ministerio de Consumo ha anunciado la prohibición de la venta de bebidas azucaradas, bebidas energéticas y bollería industrial en todos los colegios e institutos del país, con el objetivo de reducir la presencia de productos ultraprocesados en los entornos escolares y proteger la salud de los más jóvenes.
Esta medida, que se aplicará en los próximos meses, afectará tanto a las máquinas expendedoras como a las cafeterías de los centros educativos. Con ella, el Gobierno busca frenar el aumento del consumo de productos con un alto contenido en azúcar, grasas saturadas y aditivos que, según los expertos, están directamente relacionados con el incremento de casos de sobrepeso y obesidad entre los niños, niñas y adolescentes en edad escolar.
Desde Consumo, insisten en que los centros educativos deben ser espacios seguros también desde el punto de vista nutricional. Por eso, con esta nueva normativa, se pretende reforzar el papel de los colegios e institutos como entornos saludables, eliminando de su oferta alimentaria todos aquellos productos que no aportan valor nutricional y que contribuyen a desarrollar hábitos perjudiciales desde edades tempranas.
La prohibición, que afecta a los más de 28.000 centros educativos del país, responde además a una demanda creciente de familias, docentes y expertos en salud pública, que desde hace años vienen reclamando regulaciones claras para limitar la disponibilidad de ultraprocesados en las escuelas.
Desde el Ministerio aseguran que la iniciativa busca promover alternativas saludables y garantizar que los alimentos disponibles dentro de los colegios e institutos ayuden a cumplir con las recomendaciones nutricionales establecidas por los organismos internacionales de salud. Así, el foco no solo estará en retirar bebidas energéticas y bollería industrial, sino también en favorecer la presencia de frutas, frutos secos, agua y bocadillos elaborados con ingredientes frescos.
La decisión de Consumo llega en un momento clave para la salud infantil en España, un país donde los últimos estudios reflejan cifras preocupantes: uno de cada tres menores presenta exceso de peso. Con esta medida, se espera reducir el impacto de una alimentación basada en productos ultraprocesados y avanzar hacia un modelo educativo que no solo forme académicamente, sino que también enseñe a cuidar el bienestar físico desde la infancia.
Desde el Ministerio de Consumo insisten en que esta regulación es solo el principio de una estrategia más amplia para revisar el impacto de la publicidad y el acceso a productos insanos dirigidos a menores, tanto dentro como fuera del ámbito escolar.