El decano de la Facultad de Educación de Sevilla, Juan de Pablos, ha dimitido este miércoles tras su nefasta gestión de la crisis generada tras la condena del catedrático Santiago Romero por abusos sexuales a dos profesoras y una becaria de dicho centro. De Pablos, amigo y director de la tesis de Romero, admitió errores y pidió disculpas por haber ignorado a las víctimas durante seis años. Una semana después de saltar el escándalo ha tirado la toalla tras una decena de dimisiones en bloque de profesores en la Junta de Facultad celebrada el lunes.
«Considero necesario que se abra una nueva etapa y un nuevo equipo de gobierno se incorpore a nuestro centro», ha alegado De Pablos en un comunicado al profesorado tras presentar su dimisión ante el rector, Miguel Ángel Castro. En breve se celebrarán elecciones para sustituir al decano saliente, que el lunes admitió en la Junta de Facultad: «Reconozco errores al no dar apoyo emocional a las profesoras. Me he equivocado. Asumo lo que me corresponde y una vez meditado, la decisión es no dimitir en este momento negro de nuestra institución. Hemos dado una fea imagen», admitió. Tres días después ha cambiado de parecer ante la presión. La semana pasada De Pablos achacó al exrector Joaquín Luque que el catedrático condenado Santiago Romero no fuera apartado de las clases e impartiera docencia hasta la semana pasada.
En la Junta de Facultad, De Pablos y su equipo decanal aprobaron un manifiesto para condenar «rotundamente» los abusos sexuales y lesiones que recoge la sentencia. «Este equipo lamenta los hechos y la penosa imagen dada a la sociedad por esta facultad. Se trata de unos comportamientos intolerables y rechazables que han ocurrido en el ámbito de nuestra universidad, institución que debe ser referente en la erradicación de comportamientos, agresiones machistas y de abuso de poder», subrayó el comunicado del equipo de gobierno de la Facultad de Educación. En paralelo, De Pablos matizó a Europa Press que su dimisión no está vinculada a que considere que desde el Decanato de Educación se haya dado cobertura institucional alguna al profesor ahora condenado.
Tras una tensa junta, varios profesores le recriminaron cómo les dio la espalda a las dos profesoras y la becaria denunciante, y le pidieron que dimitiera cuanto antes junto a su equipo. Esta mañana el vicedecano de Estudiantes ha pedido a los alumnos que acudieran a una asamblea para marcar una nueva etapa, pero estos le han respondido que acudirían a la asamblea alternativa que habían convocado los profesores críticos para mañana, indignados con las nulas respuestas del decano a profesores y alumnos que le habían replicado el pasado lunes en público.
«El decanato no ha arbitrado las medidas necesarias y las respuestas desde el Rectorado han sido insuficientes. Debemos ser la punta de lanza de la equidad. Nuestra gran incoherencia como facultad es patente», censuró una de las profesoras. A continuación, la alumna María Rodríguez, estudiante de Pedagogía, puso el dedo en la llaga: «Lo que se enseña no se lleva a la práctica y la situación se ha ido de las manos. Siento que los cuatro años de formación son para nada. Os agradezco el despertar conciencias a algunos profesores, pero no se puede permitir que otros sigan».