Javier Sicilia es artista, y profesor de Bellas Artes en la Universidad de La Laguna. Junto con José Arturo Martín conforman el equipo artístico MARTIN Y SICILIA. Este tándem lleva más de dos décadas desarrollando un proyecto artístico que se ha concretado, a día de hoy, en más de novecientas obras dedicadas a indagar sobre el problema de la identidad contemporánea en el contexto sociocultural de la posmodernidad. Por varias razones, su trabajo —pintura, fotografía e instalación— constituye un caso que puede considerarse un ejemplo de la importancia que el problema de la identidad tiene en el arte contemporáneo.
Muy breve, si es posible: ¿Qué es el arte contemporáneo?
Hay varias opiniones al respecto, pero tradicionalmente se considera arte contemporáneo a aquellas producciones artísticas realizadas tras la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, hay quienes datan su inicio en 1989 tras la caída del Muro de Berlín.
¿Es importante para la sociedad actual?
Es absolutamente importante, dado que revisa cuestiona y aporta postulados derivados de diferentes ópticas como la sociológica, la política, la filosofía o la estética, que, sin duda, ejercen una influencia en el ámbito tanto de lo social, como lo político y por supuesto, lo académico.
¿Cómo se debería enseñar en las aulas?
Es una pregunta sencilla que requiere una respuesta compleja, en tanto que invita a desplegar una metodología y una dinámica aplicada a cada caso. Pero a grandes rasgos, me inclinaría por hacer un esfuerzo en vincular arte e historia, incidiendo en la relación que existe entre la producción de las imágenes y ciertos movimientos sociopolíticos desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy.
Cuando un alumno de la universidad se enfrenta a las asignaturas y el conocimiento del arte contemporáneo, ¿está preparado para ello?
Dependiendo del grado universitario. En mi caso, yo he tenido la oportunidad de impartir clases teóricas sobre arte contemporáneo, tanto en el Grado en Estudios Ingleses como en el Grado en español: Lengua y Literatura, y en ambos casos me he encontrado grandes diferencias. Es decir, alumnado que ya venía con ciertos conocimientos previos y otros que desconocían por completo la materia. Lo sorprendente es que en el Grado en Bellas Artes ocurre lo mismo.
Qué perspectiva tienen los alumnos que aprenden sobre Arte Contemporáneo.
Si te refieres a perspectiva con proyección profesional, esta materia estaría indicada para la gestión cultural, la crítica, la curaduría, el galerismo y en general a aquellas profesiones derivadas de la práctica y producción artística.
Y para acabar y siempre en positivo: ¿Qué nos aporta a la sociedad tener conocimientos y valorar el arte contemporáneo?
Como le escuché en una ocasión al teórico Nicolás Bourriaud, el arte contemporáneo y la estética son como un aparato óptico para la observación y comprensión del mundo. Y además de estar totalmente de acuerdo con él, añadiría que el arte contemporáneo nos permite enriquecer nuestro pensamiento crítico y por tanto capacitarnos para, analizar nuestro complejo habitar en estos contextos tan inciertos, desde la transversalidad metodológica.