ENTREVISTA
Francesc ha sido galardonado con el título de Mejor Profesor de Primaria de toda España en 2021 dentro de los premios Educa Abanca. Actualmente trabaja en el colegio San Enrique de la localidad valenciana de Quart de Poblet.
¿En esencia en qué consiste el trabajo de un profesor?
El trabajo de un docente no puede limitarse a impartir unos conocimientos. La instrucción y la educación no son lo mismo. Actualmente un docente asume infinidad de roles en el aula: a parte de enseñar también es orientador, mediador, coach de los alumnos, vigilante de seguridad, administrativo para la hacer gran parte del papeleo de Consellería, experto en cualquier aplicación móvil… Pero además de eso un buen maestro está en constante formación, participa en investigaciones, escribe y publica estrategias y herramientas para mejorar la función docente… Al final son tantas cosas que se nos olvida la labor principal que no es otra que estimular el aprendizaje en sus alumnos. Necesitamos organizar, de manera correcta, nuestros tiempos y tareas para llegar a todo.
Para recibir este galardón te han postulado los alumnos y las familias ¿eso que significa para ti?
Es una gran satisfacción. En muchas ocasiones hablamos de la importancia de reconocer la labor docente, pero personalmente creo que los primeros que deben reconocer nuestro trabajo son las familias directas de nuestros alumnos. Que nos lo reconozcan los políticos, la sociedad en general está muy bien, pero lo realmente importante es que nos lo reconozcan las personas concretas con las que interactuamos. Por ese motivo, que la nominación venga de ellas, de las familias de mis alumnos, es algo de lo que sentirse realmente contento.
¿Qué hace que un profesor sea considerado el mejor?
Yo no soy el mejor, no creo que sea bueno comparar a los maestros. Evidentemente los premios tienen unos criterios para valorar lo que cada profe hace, pero estoy seguro que hay maestros maravillosos que no han sido nominados. Estos premios valoran la investigación y aportes científicos por medio de publicaciones académicas, valoran también las buenas prácticas y propuestas de innovación, valoran la formación tanto recibida como impartida, así como las propuestas de educación en valores y solidarias. Finalmente otro de los aspectos importantes es la proyección educativa de cara a la sociedad, mediante la participación en medios de comunicación y redes sociales. De cada uno de estos aspectos se valoran diversos puntos y en base a las evidencias demostradas se otorga una puntuación. Al final esto demuestra que una buena labor docente no se limita sólo al aula, sino que debe ir más allá.
¿Cuál es el secreto para enfrentar el día a día?
En mi caso intento siempre realizar propuestas atractivas para los alumnos. Un profesor también debe ir motivado a clase, y es fundamental que para ello hagamos propuestas atractivas para los niños y para nosotros. La actitud es un punto importante, y pese a las dificultades yo tengo la opción de afrontar cada día con una sonrisa y de forma positiva.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta un docente cada día? ¿Y cuál es tu reto preferido?
Los retos son muchos, el primero es que debemos trabajar la competencia digital pero en muchos colegios los alumnos no tienen dispositivos electrónicos, ¿tiene lógica? La pandemia sacó a la luz muchas necesidades tecnológicas y digitales que se están empezando a abordar, pero aún nos queda mucho recorrido. Por otro lado debemos abordar el tema de la metodología. Es necesario que todas las escuelas ofrezcan diversas metodologías (activas y clásicas) y hay que formar a los docentes para ello. Junto a esos retos tenemos los clásicos, como la bajada de ratio aunque ahora mismo debido a la bajada de la natalidad ya encontramos que en muchos municipios se ha bajado la ratio a 20 alumnos por aula.
Finalmente, como reto preferido, me parece muy interesante que el gobierno esté poniendo el foco en la carrera docente, en el sistema de acceso al magisterio y en la mejora de la función docente. Tuve la suerte de que Pilar Alegría escuchara las propuestas que un pequeño grupo de docentes le planteamos y creo que se ha iniciado un camino complejo pero necesario.
¿En los años que llevas trabajando has notado alguna evolución en el alumnado, tienen siempre las mismas inquietudes?
Se habla mucho de que los alumnos cambian con el tiempo, y es cierto que estamos evolucionando de un sistema de enseñanza – aprendizaje basado en el papel a un sistema audiovisual, pero realmente las necesidades del alumnado no han cambiado tanto (pensemos en la pirámide de Maslow). A ninguno de mi generación le enseñaron digitalmente, pero la mayoría hoy poseemos unas competencias para ello. Las personas aprendemos a lo largo de la vida y siempre seguimos haciéndolo. No podemos intentar enseñar a los niños sobre lo que aún no ha sucedido, creo que la base es fomentar su creatividad, su resiliencia, su empatía… Al final esas soft skills son las que marcan la diferencia.
¿Qué consideras que es lo mejor de tu trabajo?
Tengo el trabajo más maravilloso del mundo para mí, y lo bonito sería que cada persona pensara eso de su propio trabajo. Soy afortunado porque los niños y las familias son tremendamente agradecidos, y valoran lo que hago. Me reciben cada mañana con una sonrisa increíble, me regalan dibujitos y detalles preciosos. Además es un trabajo de alta gratificación, no por el sueldo (que no es para quejarse si lo comparamos con otros sectores) sino por la gratificación que da cuando te encuentras a un antiguo alumno y te cuenta recuerdos que parecían desvanecerse, o cuando le das clase al hijo de una antigua alumna.
¿El tuyo es un trabajo en solitario?
En absoluto, es un trabajo que hacemos en equipo. Existen profes que recorren ese camino solos, pero desde mi punto de vista debemos hacerlo de manera conjunta. Antes de estar conmigo esos alumnos han pasado por otros docentes maravillosos que les enseñaron de una forma genial. Y mi labor también se beneficia de lo que hacen el resto de profes, y también de lo que hacen las familias, e incluso el barrio. Todos somos agentes educativos. Durante la entrega de los premios al mejor docente quise poner en valor ese sentimiento de equipo, por eso en mi discurso quise hablar de otros profesores finalistas, poner en valor lo que hacen, y unirnos todos en una cadena de papel que simboliza esa escuela unida que sueño, una escuela en la que docentes y familias colaboran juntos, en la que no hay disputas entre pública o concertada, en la que se tienden puentes y se construye sociedad.