Ignacio Messana Salinas, Doctor en Gestión de Empresas y Decano y Director de la FSU Florida State University de Valencia ofreció el pasado sábado 8 de abril una conferencia a los alumnos del Máster de Educación Bilingüe organizado por la Universidad CEU Cardenal Herrera en colaboración con Unimel Educación. En esta penúltima sesión, en la que también dio una charla la conferenciante María Martínez Lirola, Doctora en Filología Inglesa y Profesora Titular en la Universidad de Alicante, se habló de aspectos relacionados con la educación bilingüe.
En el caso específico de Igancio Messana, con la charla, titulada “La enseñanza de idiomas en el contexto cultural del país”, quiso trasladar a los estudiantes de dicho máster algunas ideas importantes como la necesidad de que exista un círculo en el que padres, alumnos, docentes e instituciones públicas se impliquen para hacer posible que la enseñanza bilingüe se imparta de manera efectiva en las aulas. En la misma línea, Ignacio Messana destaca que el inglés debe enseñarse mucho antes de que los niños ingresen en el colegio, ya desde que son bebés hay que empezar a hablarles en este idioma.
P: ¿En qué punto está España con respecto a la enseñanza de idiomas?
R: Yo creo que estamos por debajo de otros países, sí, pero no estoy de acuerdo con esa visión excesivamente pesimista y negativa con respecto a este tema ya que aunque estamos por debajo de unos países, al mismo tiempo estamos mucho mejor que otros muchos. Por ejemplo, tenemos gran conciencia de la importancia sobre los idiomas, una conciencia muy superior a la que se tiene en otros países. Te diría que hay lugares que no tienen esa concienciación porque solo tienen interés en aprender su propio idioma. Como ejemplo tomamos los países anglosajones, cuya lengua nativa es el inglés, ellos sí que tienen un problema grave de falta de interés del bilingüismo, países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Nueva Zelanda… Estos países como ya hablan inglés no se esfuerzan por aprender otros idiomas, dan por hecho que son los demás los que tienen que aprender su lengua y esto es un problema grave, sobre todo en el mundo de los negocios porque hablar la lengua de la persona con la que haces negocios es una gran ventaja. Es por eso, que opino, que por lo menos estamos muy por delante de los países angloparlantes por nuestro esfuerzo de querer aprender un segundo idioma (el inglés u otro), aparte del nuestro propio que es el castellano. Con respecto a países de nuestro entorno no estamos mucho peor que Francia o Italia, por ejemplo.
P: ¿Cómo es el contexto cultural del país?
R: El contexto es distinto en función de una comunidad autónoma con segundo idioma oficial que el de una comunidad autónoma sin segundo idioma. El multilingüismo, es decir, aprender valenciano, catalán, gallego, euskera, etc., tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. La buena es que, en esos casos, esos cerebros ya están desarrollados y capacitados para aprender un segundo idioma, es decir, aquellas personas saben que hablar un segundo idioma es incluso “normal”. Por otra parte, hay cosas negativas, como por ejemplo cuando se reducen las horas que se podrían destinar a hablar inglés en función de las destinadas a aprender esa segunda lengua cooficial.
P: ¿Hay cultura de idiomas?
R: Por supuesto que hay cultura de idiomas, aunque no sea la mejor del mundo, sí que la hay. En todos los colegios se está dando un segundo idioma. Si preguntas a los padres, ninguno de ellos te diría que no le interesa que su hijo deje de estudiar inglés. La pregunta, en todo caso sería, ¿Por qué no lo hablamos mejor?
P: ¿Qué debería hacerse para implantar la vía del biligüismo o plurilingüismo en las aulas? ¿Hay medios y herramientas suficientes para ser una sociedad bilingüe?
R: Yo apunto tres factores a tener en cuenta para implantar esta vía en las aulas. Primero: implantar el bilingüismo tan pronto como sea posible, es decir, desde las guarderías o en las enseñanzas infantiles. Segundo, es no ir hacia atrás, es decir, no reducir la implantación del lenguaje, no reducir el interés tal vez provocado por un segundo idioma oficial/docente de una comunidad, no reducir las herramientas/horarios para impartir dicho idioma, etc. Y el tercer factor, algo novedoso o distinto, es el hecho de incentivar a los docentes de alguna forma, ya sea con plus económico, plus de tiempo disponible para estudiar y formarse en idiomas o reducirles las horas docentes para que puedan dedicar más tiempo a este fin.
P: ¿Qué aspectos culturales cambiarías?
R: Uno de los temas es la televisión y el cine. El doblaje en España, que supone una industria enorme, tiene muchas motivaciones culturales e históricas sí, pero también se podría aprovechar el doblaje para empezar a enseñarles otros idiomas a los más pequeños. Aquí entra el factor padres y este sería el primer aspecto cultural que yo cambiaría. Me explico, apunto el tema padres porque si éstos quisieran y tuvieran el interés serviría de mucha ayuda para que sus hijos aprendieran cuanto antes el inglés y lo aprendieran mejor. El niño cuando nace empieza pronto a ver y oír la televisión, todavía ni siquiera el pequeño maneja el mando a distancia, es por eso que el padre debería ponerle programas y dibujos en inglés. No hay que empezar a enseñar inglés ni a los cuatro años, ni a los tres ni a los dos, sino directamente cuando nace. Si vas a dejar a tu hijo la tele puesta porque le distrae ver dibujos, pónsela en inglés.
P: A parte de ampliar horas en inglés u otros idiomas desde bien pequeños en las aulas, ¿Crees que deberían favorecerse otro tipo de actividades? Como de movilidad, talleres, extraescolares, culturales, etc.
R: Uno, como comentábamos, es la televisión en inglés para los más pequeños. El segundo, los profesores. A mí me gustaría instaurar esta idea: es necesario que los profesores puedan dedicar dos horas al día de inglés a sus alumnos desde la guardería o educación infantil, ya solo con estas dos horas diarias se consigue muchísimo y lo sé por mi propio caso particular. Yo a mi hija le hablo en inglés desde antes de venir al mundo y este fue mi gran truco. Yo no soy nativo de inglés pero lo hablo con fluidez. Cuando ella era bebé, que no entendía aún nada, yo le hablaba en inglés. Si lo piensas bien, yo solo paso mucho tiempo con mi hija en vacaciones y los fines de semana, entre semana el tiempo que le dedico a mi hija es menor, sin embargo, ¿quiénes son los que pasan más tiempo con nuestros hijos entre semana? Los docentes. Si consiguiéramos que el profesor tuviera la posibilidad y el interés, sumándole el interés de los padres también y que el estado se implicara y consiguiera hacerlo posible, aprender inglés sería más fácil. Con todos estos actores implicados: profesores, padres e instituciones, enseñar inglés desde muy temprano sería posible y más fácil.
P: ¿Qué enseñanzas pretende transmitir con su conferencia?
R: La No universalidad cultural. Esta cultura de idiomas va a ser distinta en cada país, no será igual en Sudamérica que en un país como es Arabia Saudí, ni tampoco será la misma en Japón o en China, cada país tiene sus especialidades y conocer un poco de ellas nos puede ayudar a mejorar en lo nuestro. Un ejemplo: yo junto muchas veces a grupos de estudiantes universitarios americanos con estudiantes universitarios o de colegios españoles. Los españoles siempre piensan que hablan el inglés muy mal, pero en esos encuentros se dan cuenta de que eso no es así, esos encuentros les sirven para abrir los ojos y darse cuenta de que tal vez hablan inglés regular pero igual su nivel de inglés es mucho mayor que el nivel de español que tienen los americanos porque llevamos aprendiendo y conociendo inglés desde muy pequeños.
P: Ahora en Valencia se ha aprobado el decreto de plurilingüismo en las escuelas, ¿Qué le parece esta medida?
R: Me parece bien y mal. Mal por cada minuto que se le reduce a posibles horas de clase en inglés. Y bien en el sentido de que estoy de acuerdo en que si existe un segundo idioma en una comunidad autónoma hay que aprenderlo. Para mí, las diferentes políticas de enseñanza del valenciano han sido eso: “decisiones políticas”, mientras que estudiar inglés es necesario para un futuro profesional. El idioma autóctono, si no es para el sector público de la comunidad autónoma en cuestión, no te va a ser tan exigido para trabajar en el mundo de la empresa, industria y comercio como el idioma inglés.
P: ¿Cree que esta medida debería ser imitada por otras comunidades autónomas?
R: No necesariamente, cada comunidad autónoma funciona de manera distinta. Además, esta decisión está muy influenciada políticamente hablando. No está mal de por sí que se instaure esta vía, está bien que se aprenda el idioma, pero está mal si se está formando en exceso en materia de este idioma y que esto provoque, por otro lado, que se rinda menos en otras disciplinas, por ejemplo, en el inglés.
P: ¿Nos hace menos competentes el hecho de salir de la escuela sin un nivel avanzado de inglés?
R: Sí, pero hay que ver bien con el nivel de inglés con el que se sale de la escuela. Este nivel fluctúa bastante según que institución, obviamente existe una diferencia grande si se trata de un colegio privado que imparte clases con niveles de bilingüismo mayor. El nivel con el que se sale de las escuelas, ya sean públicas, concertadas o privadas, es distinto y no es completamente uniforme. Esto debería mejorarse en general. Sobre todo en los colegios públicos y concertados. No te digo ponerlo en común porque siempre habrá una diferencia por el tema de que cada centro educativo tiene una cierta libertad o margen de maniobra y decisión, y esto puede provocar una decisión de avanzar más o dedicar más tiempo en cuanto a enseñanza de idiomas.
P: Cada vez son más las empresas que piden, por ejemplo, un nivel B2 de inglés para trabajar, ¿Qué le parece esta exigencia cuando durante niños, año tras año, curso tras curso, la clase del inglés empieza siempre por el verbo TO BE?
R: No debería ser así. La enseñanza del inglés, con tantos años que le dedicamos y las horas que se invierten totales, debería ser un poco más avanzada, el estudiante debería salir de la escuela con un nivel similar al B2. Pienso en dos cosas: una es la de dar dos horas diarias de clase en inglés. Y en segundo lugar, motivar a los docentes e incentivarlos. Unido a esto opino que tanto padres como niños deberían mostrar el mismo interés. Mi visión es que cada colegio debería tener un track, es decir, una sección o línea de trabajo en la que, voluntariamente, niños y padres, quisieran involucrarse para mejorar el idioma conjuntamente con los maestros: en esta línea, más lecturas, más películas, trabajos, talleres etc, pero en inglés.
P: ¿Todos los docentes deberían tener cierto nivel de inglés?
R: Creo que no todos deberían tener un mismo nivel de inglés sino que en el colegio debería haber un porcentaje, de 25 o 30 por ciento de docentes muy buenos en inglés y muy motivados. Ese porcentaje de docentes sí que debería tener un nivel avanzado para poder usarlo para esas dos horas diarias de inglés.
P: Vivimos en un mundo cada vez más globalizado y del mismo modo que los docentes se están adaptando a las nuevas tecnologías para impartir clase en las aulas, ¿no debería ocurrir lo mismo con los idiomas?
R: Es imprescindible que el plan de estudios de las carreras universitarias relacionadas con educación incorporen la enseñanza de inglés, pero tanto las públicas como las privadas. Al docente de mayor edad es más difícil enseñarle un idioma que la competencia tecnológica porque ésta última quizá en un mes se enseña, mientras que un idioma requiere más tiempo y dedicación. Pero es cierto que en el momento de estudiar una carrera de educación deberían incorporarse estas dos capacidades cada vez con mayor insistencia.
P: ¿Cuál debería ser el panorama lingüístico del futuro?
R: Es imprescindible un plan académico en el que los futuros docentes estén mejor formados y asimismo que los docentes que ejercen en la actualidad estén más incentivados. Igualmente es necesario crear ese círculo en el cual las administraciones públicas, los colegios, los docentes, los padres y los alumnos están motivados e integrados para que así los alumnos tengan más posibilidades y ganas de avanzar hacia un nivel de inglés superior al terminar el periodo escolar.