ANNA FORTEA | @anfortea
LA OPINIÓN DE. . . ANNA FORTEA
Directora de la Certificación Internacional en Coaching Educativo de Uned Valencia. Licenciada en Derecho por la Universitat de València. MBA en Escuela de Negocios CEREM (Madrid) 2007. Coach Certificado a Nivel Internacional por el Instituto de Alto Rendimiento Humano (IESEC) Coach Profesional (CPC). Experta en Comunicación, Negociación, Liderazgo y Autoestima por PSICOACTIVA. «Basic Master Behavioral Neurology with Roy Hamilton» en la UPenn (Universidad de Pennsylvania, USA). Socia Fundadora en Co&Co (Coaching & Consulting). Docente Especialista de la «European Law Students’ Association» (ELSA), facilitando formaciones en colaboración con UNESCO, UNICEF y Naciones Unidas. En LA OPINIÓN DE… Nos habla de la innovación como alternativa a los procedimientos y metodologías tradicionales para no caer en una rutina repetitiva con el objetivo de la búsqueda de la evolución del conocimiento.
La innovación forma parte del trabajo diario de cualquier docente. A partir de las particularidades de cada grupo, el docente realiza un trabajo de innovación para no caer en la rutina repetitiva a la que lleva el simple dictado de las lecciones que todos los años se repiten en los objetivos programados para cada curso.
Actualmente, existe un interés, tanto por las instituciones educativas, como por los propios docentes, de buscar cursos de capacitación que les permitan realizar su función, cada vez mejor. Esta tendencia está al alza y, si continuamos así, conseguiremos culminar lo que se conoce ya como “revolución educativa” o “cambio educativo”. Considerar las experiencias previas de alumnos y docentes, referentes a sus raíces, cultura, valores, es una nueva tarea que nos estamos encontrando en las aulas de unos años a esta parte, que también hay que tener en cuenta a la hora de planificar nuevas iniciativas dentro del currículo y del ejercicio cotidiano de la docencia.
Marta Libedinsky, habla de la peculiaridad de su situación al haber pertenecido a una generación que considera marcada por un país que se hallaba bajo una dictadura militar en la década de los setenta y donde el ejercicio de la docencia se convierte en algo realmente difícil, debido a la represión, coerción y pérdida de libertad y conciencia humana, para ella, lo más preciado del ser humano. Sin embargo, no es tan distinta a la educación que se está impartiendo en muchos centros docentes basados en nuestro sistema educativo tradicional español.
Teniendo en cuenta que nuestro sistema educativo está basado en una metodología que se creó en Prusia, tras la Segunda Guerra Mundial, para anular la capacidad de pensamiento crítico del alumno y formar soldados; se pueden aplicar los parámetros de la obra de Libedinsky directamente en nuestro entorno educativo actual.
Se han hecho muchos esfuerzos e intentos de profesionalizar a los profesores en servicio, con la finalidad de que éstos transformen su práctica, desde una posición reflexiva y crítica, que favorezca los procesos de enseñanza y aprendizaje y que, de manera inherente, impacte positivamente en la formación de los alumnos que cursan cualquier nivel de formación.
Esta propuesta formativa se suma a ese cometido, como una estrategia seria, sistemática y deliberada en la búsqueda de la evolución del conocimiento profesional de los docentes.
Como toda propuesta inscrita dentro de la formación continua de profesores, su diseño obedece a un enfoque teórico y metodológico congruente con los principios y finalidades educativas que en la actualidad se plantean en el plano mundial, que pretenden formar docentes que asuman la docencia desde una perspectiva crítica y constructiva, donde el perfeccionamiento profesional continuo sea un medio que permita formar ciudadanos competentes en todos los ámbitos de la vida.
En la educación tradicional el profesor ha estado destinado a ser el único responsable del aprendizaje de los alumnos, definiendo los objetivos del aprendizaje o de las unidades temáticas, diseñando las tareas de aprendizaje y evaluando lo que se ha aprendido por parte de los alumnos. Mucha investigación gira hoy en día en torno a los modelos colaborativos como mecanismo para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje dentro de las salas de clase, pero poco se ha mencionado respecto a cómo su implementación generará cambios radicales en el entorno educativo, cambios en los roles de los estudiantes y lo que es más importante del rol de los profesores dentro de este modelo.
En el contexto de un centro educativo, la psicología educativa investiga las óptimas metodologías y los planes de estudio que permitan mejorar el modelo educativo y la gestión de los centros.
Siendo su objetivo la mejor comprensión de los elementos y características que influyen en el aprendizaje durante la infancia, la adolescencia, la edad adulta y la vejez, los psicólogos educativos son los encargados de elaborar e implementar distintas teorías sobre el desarrollo humano que ayuden a comprender los distintos procesos y contextos en que se produce el aprendizaje.
A lo largo del pasado siglo, varios autores propusieron modelos y teorías para explicar el modo en que los humanos nos relacionamos con el conocimiento. Estas teorías han servido para influir en los enfoques y métodos que usa la psicología educativa.
Actualmente, a la aplicación de estas teorías, se le llama Innovación Educativa y mi pregunta es:
¿Estamos realmente innovando en educación?