Irene Alegría. Docente y psicopedagoga.
La compresión lectora entre los niños y niñas españoles se deteriora por el boom tecnológico. Según el informe PIRLS 2021, en el que evaluaron a estudiantes de 4º de Primaria, el alumnado ha empeorado en siete puntos su comprensión lectora. Esto sitúa a España en el puesto 21 de los 57 países analizados, y un punto por debajo de la media europea. Un tema que nos preocupa mucho a docentes, pedagogos, psicopedagogos… y a la sociedad en general.
Tras la evaluación de los resultados obtenidos, los expertos creemos que podría ser debido a la situación de pandemia en la que los niños y las niñas estuvieron encerrados en casa y utilizaron la tecnología en exceso siendo un estímulo para ellos y ellas.
Este deterioro de la comprensión lectora es un asunto de gran importancia puesto que la COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la educación y el desarrollo del alumnado en todo el mundo. No debemos olvidar que la comprensión lectora es una habilidad fundamental que se ha visto afectada de diversas maneras.
Tenemos diferentes factores que han contribuido a este deterioro. La interrupción en la educación de forma presencial, el cierre de escuelas y la transición al aprendizaje online han afectado la rutina y la estructura escolar a la que los niños y las niñas estaban acostumbrados. La falta de interacción en su entorno de aprendizaje diario ha influido en la capacidad para mantener un enfoque constante en la lectura. El aprendizaje online ha aumentado la fatiga visual y ha afectado en la falta de socialización, además, vemos que el alumnado experimenta dificultades para mantener su concentración.
En las escuelas, nos encontramos con la casuística de familias con acceso limitado a recursos, existe una gran desigualdad tanto de acceso a la tecnología como a los libros, lo que también limitó las oportunidades de lectura y, como resultado, al deterioro de la comprensión lectora.
El estrés y la ansiedad son una de las cosas que más nos preocupan a los docentes, hay un aumento considerable de ambos factores tras dicha pandemia lo que afecta a la capacidad de concentración y la motivación para leer. Les es muy difícil enfocarse en la lectura y comprender lo que leen.
Desde las escuelas fomentamos mucho la lectura, algo que la pandemia nos impidió, vemos los libros como una gran fuente para trabajar la interacción social y discusión de los mismos. El no poderla llevar a cabo con normalidad nos perjudicó enormemente, puesto que el aislamiento físico limitó las oportunidades de los niños y niñas para hablar sobre lo que estaban leyendo, así como se vió afectado negativamente el bienestar emocional y su disposición para leer y aprender.
También notamos una pérdida de práctica. La comprensión lectora, como cualquier habilidad, requiere práctica constante para mantenerse y desarrollarse. Vemos una gran disminución en la velocidad de lectura, la capacidad de retener información y la comprensión de textos más complejos y esta pérdida tendrá un impacto a largo plazo en el rendimiento académico de nuestro alumnado.
Anteriormente he nombrado que las desigualdades educativas se acentuaron, algunos niños y niñas tenían acceso a recursos y apoyo educativo de calidad, otros se enfrentaban a dificultades significativas debido a la falta de los mismos. Las disparidades socioeconómicas se volvieron más evidentes en el contexto educativo. Las familias con recursos limitados tuvieron dificultades para acceder a dispositivos electrónicos, internet de alta velocidad y materiales de lectura de calidad para llevar un seguimiento de las clases. Esto también ha ampliado la brecha en el rendimiento académico y la comprensión lectora. Sí que disponían de dispositivos móviles, pero tras encuestar a las familias, se ha determinado que los utilizaban para distraerse y jugar, no obstante, la lectura en un teléfono móvil perjudica a la visión.
Desde las escuelas, para fomentar la lectura y mejorar en la comprensión lectora, trabajamos a través de estrategias que motivan al alumnado. Tertulias dialógicas literarias, visita a la biblioteca, recomendaciones lectoras como “Bookflix”, pequeñas representaciones u obras de teatro, blog de reseñas literarias, investigación sobre escritores y escritoras que sean de interés para ellos/as, festivales de narración, rincones literarios, visita de autores al centro educativo… todo ello envuelto dentro de un ambiente que invite a ello. Además, creamos rincones de lectura, establecemos tiempos de diálogo y discusión, de intercambio de libros y opiniones…
Desde casa también podemos promover la lectura creando una biblioteca que proporcione una variedad de libros adecuados para su edad, generando un espacio positivo y dando ejemplo como personas adultas, buscar un rincón cómodo para leer y alentar la lectura diaria. Es importante proporcionar acceso a libros, para ello, podemos visitar la biblioteca local, intercambiar libros con otras familias… y una vez hayan leído el mismo libro varios niños y niñas, podemos generar en una casa una “cita con la lectura” para intercambiar opiniones y generar debate entre ellos, lo que fomentará la interacción social y las habilidades para relacionarse, para respetar opiniones, turno de palabra…
En el caso de encontrarnos a alumnado con dificultades lectoras, debemos prestar un apoyo adicional tanto desde la escuela como desde casa, ofreciéndoles actividades y ejercicios específicos para abordar esta área. Esto puede incluir tutorías, programas de lectura…
Como sociedad, tenemos que conseguir fomentar la lectura por placer, es muy importante que nuestros niños y niñas disfruten de la lectura y la vean como algo placentero.
Está claro que hay un gran interés por la tecnología y los dispositivos digitales, tampoco podemos dejarlo de lado, pero sí debemos ser conscientes que necesitamos alfabetizar a nuestro alumnado en el buen uso de las mismas. Como ejemplo, tras la lectura en libro de papel, donde los estudios demuestran que la concentración es mejor y sus beneficios mayores, podemos dejar que nuestro alumnado, hijos e hijas, participen en actividades o foros lectores de manera online.
Como docente y psicopedagoga, el trabajo de la comprensión lectora en mi alumnado es un desafío importante que requiere atención y acción. Si lo abordamos de manera integral, podemos ayudar a los niños y a las niñas a superar los obstáculos que la pandemia ha presentado en su desarrollo educativo.