Cuando traemos al aula una obra de literatura española de cualquier época, lo primero que debemos tener en cuenta es que cada texto responde a un sistema de pensamiento y reproduce o cuestiona los modos imperantes de ver el mundo y de vivir en sociedad de la época. Estos modos de ver el mundo están sujetos a cuestiones de canon, a preceptos estéticos de escuelas literarias y a contextos socioculturales sin los cuales las obras literarias no podrían comprenderse ni apreciarse en su justa valía.
Leer de forma crítica es cuestionar la aportación ideológica de cada obra en su momento de escritura, las razones por las que una determinada estética va asociada a esos modos de pensar y cómo influyó en la educación de generaciones la repercusión que los productos literarios (sus tramas y personajes) tuvieron en la sociedad contemporánea y en su avance.
Un ejemplo práctico
Un ejemplo de ese planteamiento es el acercamiento a los temas, los rasgos estéticos y los modelos de personajes presentes en la literatura española del siglo XVIII, a partir del análisis de una comedia neoclásica ilustrada con perspectiva de género. Este acercamiento no solo despierta el interés del alumnado, sino que promueve su pensamiento crítico.
Sirva de modelo la comedia de buenas costumbres La familia a la moda de la autora malagueña María Rosa Gálvez.
Ya la vida de esta poeta y dramaturga ilustrada tiene elementos suficientes para captar nuestra atención. Hija adoptiva de una influyente familia andaluza, casada en un matrimonio lleno de sinsabores y separada de un marido que dilapidó la fortuna familiar, sospechosa de ser la amante de Manuel Godoy y cuestionada por ello, Gálvez ejemplifica a una mujer fuerte que se dedicó con convicción a su escasa pero valiosa producción literaria.
La trama de esta comedia gira en torno al problema con el que se encuentra doña Guiomar, la protagonista, cuando llega a casa de su hermano don Canuto, avisada por su administrador de la ruina en la que se halla la familia. Durante unas pocas horas, esta mujer debe enfrentarse a un hermano frívolo, un sobrino maleducado, una cuñada casquivana, y unos criados insolentes, así como a un marqués embaucador y a un maestro trapichero empleado en la casa. Todos ellos, gente sin oficio ni beneficio preocupada solo de vivir ociosamente y ocupar un puesto acomodado en la sociedad pudiente.
Doña Guiomar, viuda rica que suscita interés a su familia exclusivamente porque cuentan con ser sus herederos, trama una sencillísima pero astuta argucia para poner a cada uno en su lugar, devolviendo el orden a esa casa.
Material adicional
La lectura de esta comedia se enriquece con la lectura del drama El egoísta, de la misma autora, y el sainete Las mujeres solas de María de Cabañas.
También resulta de enorme valor incorporar testimonios aparecidos en la prensa de la época, o discursos ensayísticos publicados por reconocidos pensadores como Feijoo, Jovellanos, Cabarrús, Clavijo y Fajardo, Josefa Amar y Borbón, etc., que participaron en una polémica en torno al universo femenino.
Una polémica candente en toda Europa en ese siglo, con argumentos a favor y en contra de la promoción social de las mujeres, de su capacidad intelectual o de su inferioridad respecto a los hombres, así como la cuestión de la educación femenina.
Reflexión sobre estereotipos y conflictos
La familia a la moda sirve para enseñar los principales rasgos de la comedia neoclásica de buenas costumbres: respeto de las tres unidades (acción, tiempo y lugar), verosimilitud, decoro, justo medio, diálogos con gran carga ideológica, inicio de las obras ya en el desenlace de las acciones, pocos personajes en escena, valores socio-morales, finalidad didáctica, etc.
Pero además ayuda a presentar los diversos estereotipos de género masculino y femenino y de clase social más frecuentes en el teatro de la época, y a definir claramente los roles concebidos bajo la óptica del momento.
Junto con los otros textos aludidos, puede sorprender la presencia de conflictos que hoy están de plena actualidad: desde la violencia doméstica (de padres a hijos y de maridos a esposas, con ejemplos extremos tanto de abusos de autoridad como físicos), hasta la vigencia de los matrimonios concertados, pasando por la preocupación por la formación de las mujeres para la maternidad–embarazo, lactancia y crianza de los hijos, así como su responsabilidad en la educación moral de los hijos y las hijas, su capacidad intelectual, su subordinación al hombre, y su función social.
De Kant al despotismo ilustrado
Este enfoque centrado en el universo femenino permite al mismo tiempo un análisis completo de las características, funciones y expectativas a las que se enfrentaban los hombres. El análisis de ambas identidades genéricas constata el objetivo didáctico moral y de instrucción pública que se espera de la literatura en esa etapa. También, el modelo de ciudadanos y de sociedad al que aspiraban los ilustrados.
Por ejemplo, la relación de sumisión de Inés respecto a su madre –quien ejerce una autoridad abusiva sobre ella con el único fin de robarle su pretendiente–, permite comentar tanto el tema de los matrimonios concertados como la figura de los cortejos, pero también la cuestión del correcto entendimiento del tema del respeto a la autoridad, ya planteado por Kant, o el alcance del concepto de despotismo ilustrado.
Relación con la actualidad
Algunas de estas cuestiones no están nada alejadas de la actualidad, si tenemos presentes noticias como las referidas a la situación de las mujeres en Afganistán o la práctica vigente de matrimonios concertados en determinadas culturas, como la hindú o la pakistaní, que tienen lugar incluso en España.
Acercarnos a esos testimonios literarios y ensayísticos, y proponer en el aula que el alumnado los analice desde planteamientos de género, no solo ayuda a conocer y comprender la literatura y la sociedad españolas del siglo XVIII sino también a revisar los movimientos ideológicos actuales con un pensamiento crítico.
Maribel Martínez López, Profesora Titular de Literatura Española, Universidad de La Rioja
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.