Sambori es una organización no gubernamental sin ánimo de lucro que surgió hace ya más de 10 años. Todo empezó con la posibilidad de realizar un voluntariado en el hospital la Fe de Valencia. Desde el primer día, las integrantes del grupo se dieron cuenta de que la realidad que se vive dentro un hospital es mucho más dura de lo que todas habían imaginado, pero a la vez, les pareció gratificante e infinitamente especial.
Las sonrisas de estos niños las emocionaron hasta tal punto que decidieron que eso era lo que querían hacer cada miércoles por la tarde.
Y ahí fue donde empezó el sueño de Sambori. Con ello, la burocracia, los nervios, las reuniones, las preocupaciones y las esperas… Pero también, la emoción, la ilusión, los objetivos y sobre todo las ganas.
Además de las cuatro fundadoras: Marta Badenas, presidenta, Sandra Peiró, vicepresidenta, Silvia Falla-Cisneros, tesorera y Andrea Peñarroya secretaria, hoy en día ya suman la suerte de 27 voluntarios que participan cada semana aportando actividades, talleres, ideas creativas… La mayoría de ellos pertenecientes a las ramas sanitaria y educativa.
Principalmente realizan su actividad en la Ciber Aula del Hospital la Fe de Valencia y si por motivos de movilidad o enfermedad los niños no pueden acudir a la Ciber Aula, pero sí que se encuentran anímicamente con ganas, un grupo de voluntarios acude a sus habitaciones y les llevan juguetes, realizan talleres especiales y cualquier cosa oportuna en función de la edad y de la patología del niño.
SAMBORI comparte espacio con otras ONG que participan el resto de semana: Cruz Roja, AECC, Esycu y Fundación DASYC. Aunque los objetivos principales son compartidos y perseguidos por todas las ONG, cada una presenta una dinámica, filosofía y unas actividades específicas.
Los objetivos de esta asociación entre otros son: ofrecer momentos lúdicos con los que los niños puedan evadirse de la realidad y de la situación tan dura que están viviendo y que, por un momento, olviden que son pacientes para poder ser sólo niños; atender las necesidades socioafectivas y mejorar el estado emocional de los pacientes y familiares a través de juegos, dinámicas y momentos compartidos; fomentar y trasmitir valores fundamentales para la convivencia y desarrollo en una sociedad democrática como la cooperación, la solidaridad, el respeto, la tolerancia y la igualdad; contribuir al desarrollo personal e íntegro de los niños; estimular el equilibrio personal que les ayude a desarrollar un buen auto concepto de sí mismos y una buena autoestima, siendo capaces de percibir sus propios límites y posibilidades, lo que les permitirá formar una imagen de sí mismos lo más ajustada posible a la realidad. De esta manera se sentirán más seguros y capaces de enfrentarse a nuevas situaciones y superar y vencer obstáculos y favorecer el proceso socializador en los niños.
También se intenta acompañar a los tutores o familiares durante el proceso de hospitalización, ofreciéndoles escucha y apoyo.
“Una de las situaciones que hoy en día nos sigue emocionando es encontrarnos con niños ansiosos esperando a que lleguemos en la puerta de la Ciber Aula. Sus sonrisas infinitas y sus caras de ilusión nos llenan de energía. A muchos ya los conocemos, o bien porque sus tratamientos se alargan o porque ya han ingresado otras veces y esos reencuentros siempre son muy especiales. Se crean unas conexiones muy mágicas entre los voluntarios y los niños. Hablamos, jugamos, compartimos tiempo, emociones, sentimientos y momentos tan intensos como maravillosos. Como si durante unas horas, el mundo se parara y sólo nos importara hacer reír y disfrutar a personas que no lo tienen fácil”. Nos cuenta Marta Badenas, la directora, que nos explica “aunque acudamos cada tarde con una planificación estructurada y detallada, nunca sabemos con exactitud con qué perfil de niños nos encontraremos. Hasta que no llegamos al hospital no podemos tener información sobre las patologías que presentan, sobre las características, peculiaridades y limitaciones que pueden tener y, por tanto, debemos estar siempre preparados para ser capaces de adaptar cualquier taller a sus necesidades.
También intentamos siempre crear actividades dinámicas, lúdicas, entretenidas, que partan del interés del niño, que le motiven y que le permitan evadirse y mejorar su estado emocional. Además, excepto en casos concretos que la patología lo requiere, organizamos actividades grupales, en las que les damos la oportunidad de relacionarse, hablar, jugar y en definitiva, conocer a otros niños que están atravesando la misma situación.
Los vínculos que se crean son muy sinceros y especiales y en muchas ocasiones, siguen fuera del hospital.
Sólo tenemos ganas por seguir haciendo lo que más nos gustaba, por seguir llenándonos cada tarde, por compartir con los peques todos nuestros proyectos, y sobretodo, ganas de cambiar sus miedos y preocupaciones por sonrisas llenas de magia y esperanza.”
*Normalmente los niños y niñas ingresados que acuden por las tardes a la Ciber Aula no hacen deberes, ya que eso lo llevan en la UNIDAD PEDAGÓGICA HOSPITALARIA (UPH). Esta es el equivalente al cole de los niños y niñas y al Instituto de los adolescentes que están hospitalizados en un horario de 9 a 16h. Este es el link con la información de la UPH La Fe – Hospital Universitari i Politècnic (gva.es)