Quiero, en primer lugar, agradecer a toda la comunidad universitaria su participación e implicación en el día de ayer. La jornada de democracia universitaria que hemos vivido nos debe llenar a todos de orgullo. Una jornada que no hubiera sido posible sin el esfuerzo de todas las personas que han trabajado en su organización durante las últimas semanas y todas las que han estado presentes en cada uno de los campus de la Universidad, en las mesas de votación, como interventores o como personal de apoyo de las diferentes candidaturas. Todas ellas han hecho posible esta primera fase de las elecciones.
Así mismo, quiero agradecer a todas las personas que han depositado su confianza en nuestra candidatura y han respaldado la idea de Universidad que representa y las propuestas recogidas en nuestro programa electoral. Todos y cada uno de sus votos hacen posible que sigamos adelante en este ilusionante proyecto. Hemos dado el primer paso hacia un cambio de rumbo que es necesario. La comunidad universitaria ha manifestado abiertamente que quiere un cambio y nos toca ahora consolidarlo, ganando la siguiente vuelta, el próximo día 18 de marzo.
También es justo reconocer y necesario agradecer a todos los candidatos la responsabilidad que han asumido al dar un paso al frente y el esfuerzo que han hecho por proponer una universidad mejor. La existencia de cuatro candidaturas alternativas para liderar un cambio en la universidad nos debe llenar de esperanza. Es, sin duda, una señal de la vitalidad de nuestra comunidad universitaria y un indicador inequívoco de la necesidad de un cambio de rumbo en la gestión de la universidad.
Durante la campaña electoral, se han planteado ideas y propuestas muy valiosas que merecen ser atendidas e incorporadas en el proyecto de cambio que se ha gestado estos días y que culminará el día 18. Por eso, quiero tender la mano al resto de candidatos que representan distintas opciones de cambio. Sus programas contienen muchos elementos que nos unen, y por eso estamos obligados a encontrar ese proyecto integrador que proporcione la universidad que nos merecemos. Desde este momento, me comprometo a trabajar por ese consenso, por esa Universidad Rey Juan Carlos que nos represente a todos y que sintamos nuestra, sin excepciones.