La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) ha publicado un estudio sobre la eficacia de los tests genéticos de ADN como claves para la detección del talento deportivo en la revista European Journal of Applied Physiology.
Con este estudio elaborado por el equipo liderado por el Dr. David Varillas, se pretende aportar conocimiento sobre la relación existente entre la genética y el rendimiento deportivo y, aunque todavía existen muchas lagunas en el conocimiento sobre este campo, el equipo de la Francisco de Vitoria ha descubierto nuevos marcadores genéticos que ayudarán a optimizar el entrenamiento para prevenir lesiones deportivas y para conocer con más profundidad el rendimiento muscular.
Existen “cerca de 200 polimorfismos genéticos que influyen en los rasgos de rendimiento deportivo, y más de 20 polimorfismos pueden condicionar el estatus del deportista de élite”, comenta el Dr. Varillas. Aun así, el investigador de la UFV señala que “con la evidencia actual, todavía nos encontramos en una etapa temprana para utilizar el genotipado como una herramienta que nos sirva para predecir el rendimiento en el deporte de competición o mejorar los métodos actuales de entrenamiento”.
La genética es un campo de moda en el mundo de la investigación deportiva. Siempre se ha dicho: los deportistas deben de “tener una buena genética”. Pero ¿hasta qué punto las pruebas genéticas son determinantes para la selección de talento deportivo, o el diseño de un entrenamiento personalizado?
Para un deportista profesional resulta crucial descubrir qué parámetros determinan su óptimo rendimiento en cualquier ámbito, tanto en el entrenamiento como en la competición.
Marcadores genéticos para mejorar el rendimiento deportivo
En los análisis genéticos llevados a cabo por los investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud de esta Universidad, se han detectado diversos polimorfismos candidatos, como el gen del ACTN3, el gen de la EPO o el del IGF1, que pueden ser modificados mediante “dopaje genético” para mejorar el rendimiento deportivo de los deportistas de élite.
Concretamente, esta revisión diferencia dos grupos de marcadores relacionados con modalidades deportivas de resistencia (atletismo en maratón, ciclismo, etc.) y modalidades deportivas de potencia o fuerza (atletismo en cien metros lisos, fútbol, etc.). Así, en el ámbito de la resistencia deportiva destacan los polimorfismos ACTN, ACE, CYP2D6, AMPD1 y CK-MM. Mientras que en relación con las modalidades deportivas de potencia destacan los marcadores IFG1, ILG y PPARy, entre otros.
Por otro lado, David Varillas comenta que otra de los objetivos de la genética deportiva es prevenir con suficiente antelación las posibles “lesiones relacionadas con el ejercicio”, además de mejorar la metodología y análisis genético de la investigación llevada a cabo por investigadores anteriores.
La genética, una herramienta no excluyente
La genética asociada a la fisiología resulta crucial en la consideración de un deportista como apto en términos de rendimiento, sin ser la única causa que lo determina. A la par que tampoco es el factor único determinante de cómo será o debería ser el rendimiento óptimo del deportista profesional. Así lo demostraba el primer ciclista estadounidense que competió en el Tour de Francia, Michael Shermer, afirmando a Jonathan Boyer que para poder haber dado un mayor rendimiento solo le quedaba “seleccionar mejor” a sus padres, destacando que cada uno ostenta “ciertas limitaciones genéticas que no pueden superarse mediante el entrenamiento”.
Por lo tanto, los resultados de las pruebas genéticas no se han de usar como una garantía, como un resultado excluyente sobre cómo será el rendimiento deportista. Al contrario, debe de servir como “una herramienta de asesoramiento y optimización” del entrenamiento deportivo. Una fuente de conocimiento para mejorar el rendimiento del deportista.
El presente y el futuro de la genética
El campo de estudio sobre la genética es prometedor. Varillas afirma que a medida que la comunidad investigadora se capaz de evaluar progresivamente un mayor número de polimorfismos y de introducir herramientas de análisis más potentes -puntuación total del genotipo (TGS) en perfiles genéticos y estudio de asociación del genoma completo (GWAS)-, se va a producir un avance considerable en el estudio de variantes individuales que determinen nuevas vías y sistemas asociados con el rendimiento”, señala.
Sobre la Universidad Francisco de Vitoria
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