Carlos Rodríguez González obtuvo un 14/14 en la EBAU en 2019. Fue el alumno que más nota sacó de toda España. Este alicantino de Torrevieja ya contaba en ese momento que quería estudiar Arte Dramático. Ahora, tres años después nos habla de cómo le van esos estudios a los que pudo optar gracias a sus esfuerzos y no a su calificación.
¿Cómo recuerdas ahora el momento en que te dieron las calificaciones de la EBAU?
Creo que el momento en el que recibí la noticia ha sido uno de los más fuertes de toda mi vida. Ni siquiera por la nota en sí (que, por supuesto, también), sino por cómo todo aquello revolucionó a los míos: mi madre lo vivió con mucha más intensidad que yo, mis amigas estuvieron con la coletilla de la Selectividad durante todo el verano, el que por aquel entonces era mi novio se puso a llamar a todos los medios para que me hicieran entrevistas… Fue un momento bonito. Y un verano muy particular. Además, me ayudó a darme a conocer, lo cual es bastante importante en el mundillo del que estoy comenzando a
formar parte.
En ese momento dijiste que querías estudiar Arte Dramático y, ¿qué estás estudiando actualmente?
Ahora mismo, acabo de terminar el tercer curso del Grado en Dramaturgia en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid. Estuve un par de años haciendo Matemáticas al mismo tiempo, pero tan pronto como entendí que era una forma de validarme intelectualmente a mí mismo, me las dejé. Me siguen gustando y, probablemente, acabe terminando la carrera en un futuro, pero ahora mismo quiero centrar mi tiempo y mi esfuerzo en dedicarme al teatro y a la escritura.
¿Qué resultados académicos tienes?
Si la pregunta que subyace es que si sigo teniendo un expediente impoluto, la respuesta es que no. Apruebo en convocatoria ordinaria que es lo que me siguen exigiendo mis padres para seguir manteniéndome.
¿Tus notas te facilitaron el acceso? ¿Tuviste que hacer alguna prueba más?
Ni siquiera me facilitaron el acceso. La Escuela en la que estudio ahora tiene su propio examen de ingreso, con una prueba teórica común a todas las especialidades (la institución ofertas seis grados diferentes) y una prueba práctica y específica para entrar en mi grado.
Y, ¿una vez dentro de la Escuela qué tal?
Muy, muy bien. Sí es cierto que llegas con unas expectativas de lo que va a ser que no acaban cumpliéndose del todo, pero en esa frustración encuentras lecciones muy valiosas. Al fin y al cabo, la RESAD tiene muy buenos alumnos y alumnas: el aprendizaje que te lleves podrá ser mayor o menor, pero lo importante es que sales de allí con una agenda repleta de contactos con los que seguramente acabes trabajando o encontrándote en un futuro. Generar proyectos en común, apartados de lo estrictamente curricular, muchas veces te da más vida que la propia Escuela.
¿Dónde te ves dentro de 5 años? ¿Cuándo acabes que tienes previsto?
Intento no pensar demasiado en el futuro a largo plazo. Por ahora, pretendo acabar la carrera en junio del año que viene y marcharme a Londres a hacer un Máster en Escritura y Producción de Teatro Musical, que es la rama del teatro que realmente me mueve y a la que me gustaría dedicarme en un futuro. A partir de ahí, ya iremos viendo.
¿Cuál es el secreto de tu éxito?
Honestamente, no sé si me considero una persona exitosa. Cuando has de enfrentarte a la vida adulta, tener un 14 en Selectividad se acaba convirtiendo en algo anecdótico. Sin embargo, si por algo puedo decir que soy una persona con éxito, es por los proyectos teatrales que he sacado adelante desde mis 15 años, y que peleo por seguir sacando. ¿El “secreto”, si es que existe alguno? Humildad, fe y pasión. Sobre todo, pasión.
Y saber rodearte de cómplices con la misma pasión que tú, que tengan las mismas ganas de lanzarse a la piscina. Yo no estaría estudiando lo que estudio si no fuera por docentes como Celso Aragón o amigas como Alba María de Ramón.
¿Qué recomiendas a los participantes de la EBAU de este año?
Que se relajen. Parece que se juega todo a una sola carta, pero hay vida después de la EBAU. Sea cual sea la carrera que quieran estudiar, hay formas y formas de llegar hasta ella, muchas de las cuales no pasan por la Selectividad. Por supuesto, un doce y pico te asegura una plaza en Medicina; pero, si no se consigue, tampoco hay que martirizarse, ni pensar que se está decepcionando a nadie. A todos los estudiantes les digo: Es vuestro camino, y si tenéis pasión, acabaréis encontrando la forma de seguirlo.