Jaime I

Jaime I y su relación con San Jorge

Jaime I

En relación a la batalla que Jaime I libró en el Puig (Valencia) la cual se considera una de las batallas definitivas para la conquista de la ciudad de Valencia por los cristianos, San Jorge tuvo algo que ver. Y es que su intervención para la salvaguarda del cristianismo frente al dominio musulmán actuó fuertemente sobre Jaime I y sobre la batalla.

¿Por qué la intervención de San Jorge en El Puig?

Precisamente en el término municipal de el Puig (Valencia), junto a la Pobla de Farnals, se encuentra la singular Ermita de San Jorge.

Que obviamente, su particularidad no se debe tanto a sus aspectos arquitectónicos, que se describen como un austero edificio de planta cuadrada, y alzado rectangular, cuya cúpula de diseño octogonal se levanta sobre los arcos de la misma; como por haberse convertido en uno de los símbolos de la reconquista del reino de Valencia por los cristianos.

El siglo XIII se conoce como el siglo de las grandes conquistas cristianas. Uno de los artífices fue Jaime I de Aragón, monarca que su ansia de expansión y conquista se hizo con diferentes territorios, uno de los cuales fue la ciudad de Valencia. Y es que la decadencia de las taifas valencianas facilitó su conquista, que sólo fue posible tras la batalla del Puig.

¿Y por qué en el Puig? Este pueblo jugó un papel determinante gracias a sus fortificaciones, que sirvieron de marco estratégico en la conquista. ¿Su nombre? La batalla de Enesa, que tuvo lugar el 20 de agosto de 1237.

En ese preciso instante, las tropas de Jaime I, enviadas, por cierto por su tío y el alcalde del Puig, Bernardo Guillén de Entenza, dieron la orden para que cientos de soldados, muchos de los cuales se dedicaban al campesinado y fueran reclutados por obligación, entrarán en la aldea a lomos de sus caballos y derrotaran así a los musulmanes.

Como símbolo cristiano, en el lugar exacto donde se venció la batalla valenciana se levantó una cruz de madera. Años más tarde fue sustituida por la actual cruz de piedra del siglo XVI y posteriormente se construyó en dicho lugar la Ermita dedicada a San Jorge, siendo este santo el patrón de las armas aragonesas y líder de la victoria cristiana, según narra la tradición por su providencial participación en la batalla.

La ermita de San Jorge en la actualidad 

En la actualidad, la ermita de San Jorge ha sido sometida a diversas restauraciones en pro de su conservación, una de las cuales fue realizada por el arquitecto modernista valenciano, Manuel Cortina Pérez, en el año 1926. Dicha restauración incorporó los restos del edificio valenciano del Miguelete, así como una amplia aportación artística propia de finales de siglo.

Sin embargo, no deja de lado los aspectos medievales, representado con serpientes y dragones. Pero también incluye algunas pinceladas del romanticismo, que pueden apreciarse en sus ‘rosaledas pétreas’ y tintes orientales con los pintorescos filigranas neo árabes.

Su aspecto hace referencia a la Simbología Cuaternaria Cristiana, evocada en los cuatro evangelistas, profetas, apóstoles y mártires, los cuatro jinetes del apocalipsis, los cuatro puntos cardinales. De este modo, el cuatro pasa a ser un elemento primordial de la ermita, dando valor también a la simbología del Génesis.

En resumen, la ermita de San Jorge en El Puig se erige como un testimonio histórico y religioso de la batalla que tuvo lugar en ese lugar crucial para la conquista de Valencia. Con sus elementos arquitectónicos y simbólicos, esta edificación resalta la importancia de la intervención de San Jorge en la protección del cristianismo frente al dominio musulmán. A lo largo del tiempo, la ermita ha sido objeto de restauraciones que han preservado su esencia medieval y han añadido toques artísticos representativos de distintas épocas, fusionando así la tradición cristiana con influencias modernistas y orientales. La ermita de San Jorge en la actualidad se mantiene como un símbolo vivo de la reconquista cristiana y un recordatorio de la importancia histórica de la batalla en El Puig.